(Fotografía: Gabriela Serrano Suzan)
Berónica Palacios
Dante Alejandro Velázquez
Hace unos días, el 6 de septiembre, se presentó la colección literaria “Pescadores de palabras” en el Centro Cultural González Gallo de Chapala. En un ambiente de celebración, el público asistente conoció las nueve plaquettes de dicha colección en voz de sus autores, quienes representan una muestra del trabajo realizado este año en Rumores del lago, taller de creación literaria que coordina la poeta Lizzie Castro. El evento fue, Además, motivo para la convivencia con amigos, familiares y lectores, luego de agotadores meses de trabajo, para lo cual ofrecieron un coctel con exquisitas bebidas y aperitivos.
Desde enero de 2024, un grupo vigoroso de escritores y aspirantes a serlo, se reúnen sábado a sábado en el Centro Cultural para las Artes de la Ribera, con el fin de explorar sus alcances con la palabra escrita, a partir de marcos teóricos, acercamiento a autores clásicos, experiencias y ejercicios creativos, ya sea en la narrativa, la poesía o el ensayo. Una particularidad de este taller es que no lo imparte una sola persona, una autoridad suprema, sino diferentes autores. Cada quien comparte su perspectiva y conocimientos sobre el quehacer literario durante un bloque de cuatro semanas a invitación de Lizzie Castro. Además, se imparten master Classes eventuales para reforzar los aprendizajes y detonar la imaginación.
Otra característica del taller es que se nutre con una diversidad participantes, pues no está limitado a ciertas edades, perfiles o géneros de interés. Simplemente se requiere voluntad e interés por escribir. Lo mismo asisten jóvenes de veinte años que adultos mayores, profesionistas o estudiantes, trabajadores o desempleados. Esto lo convierte en un espacio polifónico e interdisciplinar en el que cualquiera puede aportar novedades en un ambiente libre de solemnidad.
Señala Lizzie: “mi intención, desde el comienzo, es que los interesados en aprender a escribir, tuvieran la oportunidad de conocer a los escritores que también habitan la Ribera y el Estado de Jalisco”[1]. Este objetivo, hay que reconocerlo, no es fácil, considerando que se trata de un proyecto fuera del área metropolitana, donde acercar los recursos humanos es más difícil y la iniciativa parte desde una voluntad ciudadana y presupuesto cero. Sin embargo, esta naturaleza ha posibilitado que la dinámica en Rumores del lago no sólo sea entusiasta en participación, sino en la variedad de textos que se generan y en el intercambio cultural, pues algunos miembros son originarios de otras regiones y ahora radican en la Ribera. A pesar de las dificultades que emanan de un grupo vasto (ha llegado a tener hasta treinta talleristas en una sesión, lo cual dificulta la atención particular), se estimula permanentemente el diálogo y la heterogeneidad de pensamiento.
Otro objetivo del taller es generar testimonio de lo que se escribe y robustecer el patrimonio literario de la región. Es por eso que el 2024 cerró con la publicación del libro Rumores del lago. Taller de Creación Literaria. Antología 2024, con diecisiete participantes voluntarios, entre narradores y poetas: Alejandro Martínez Gowman, Alma Graciela Fuentes Fierro, Carlo Vinicio, Edelweiss Padilla Strehlow, Isabel Victoria López, Juana González, Karina Martinez Ramírez, Luz Mercedes Gudiño Mendoza, Margarita de la Peña Beltrán, María Loyola Coindreau de Zertuche, Martha S. Márquez Ramos, Martha Torres Maraquino, Octavio Ignacio Pérez, Pita Raygoza, Raquel Agraz Aguilar, Sofía Gabriela Ahumada de la Madrid y Verónica Moreno. Para algunos de ellos fue su primera publicación impresa.
Ahora, en 2025, se repite la experiencia con el lanzamiento de “Pescadores de palabras”, colección que ofrece una perspectiva del taller y, paralelamente, es también una síntesis de los intereses creativos en la ribera de Chapala. Cada plaquette fue confeccionada en tirajes cortos, numerados y con un cuidado artesanal de acuerdo a la personalidad de sus autores y de la obra misma. Se trata de los siguientes títulos: Zakachacca, de Raquel Agrazaguilar; Rinconcito de amor, de Sofía Gabriela Ahumada de la Madrid; Pinceladas familiares, de María Loyola Coindreau; Caminos divergentes, de Juana González; Bailando con palabras, de Mercedes Gudiño Mendoza; Trazos de vida, de Evelia Lara Sierra; El amor que no sabe amar a medias, de Águeda Pelayo Reyes; Las letras y yo, de Juan Tolentino E. y El hombre de papel, de Alejandra Zaragoza. De esta última, compartimos el siguiente fragmento, en el cual asume su rol generacional frente al mundo y desde su espacio geográfico:
En ese tiempo, Ixtlahuacán de los Membrillos era distinto; las calles del pueblo no estaban tan solas. Por las tardes, los niños jugábamos a las canicas en el terral, íbamos a las maquinitas de la paletería o nos reuníamos a jugar Nintendo […]
Nacer en la generación del ochenta y ocho fue abrumador; las novedades y cambios se superponían con velocidad. No me parece extraño que a los nacidos en esos años nos hubiera costado más trabajo adaptarnos a la vida, pues constantemente sucedía lo que dice aquella frase de Benedetti: Cuando creímos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.[2]
Al igual que con Alejandra, cada plaquette nos abre ventanas nuevas desde circunstancias que nos resultan cotidianas por habitar un tiempo y un sitio en común.
Finalmente, debemos reconocer cómo la gestión de Lizzie Castro ha favorecido que a este taller nos sumemos a colaborar autoras y autores de diversos perfiles y procedencias: Lisi Turrá, Octavio Ignacio Pérez, Juan Romero Vinueza, Jorge Esquinca, Melissa Niño, Teresa González Arce, Lorena Aviña, Gabriela Hernández, Laura Solórzano, Mario Heredia, Luis Alberto Navarro, Fanny Enrigue, Gabriela Camberos, Cecilia Magaña, Natalia Mariposa, la misma Lizzie y quienes escribimos el presente artículo. Además, se han impartido master Class con los escritores Alejandro Von Düben, Luis Fernando Ortega, Irene Ruvalcaba, Antonio Ortuño, Luis Vicente de Aguinaga y Dánivir Kent, en sesiones intensas de dos a tres horas.
Si bien, han sido meses extenuantes, es encomiable que un núcleo de talleristas (otros vienen y van, por supuesto) no se doblega y continúa con la misma vehemencia de las primeras sesiones. La dinámica, el sitio y las relaciones que se han articulado cada sábado, construyen ya un grupo sólido para la literatura ribereña y un modelo para los talleres en Jalisco. Como lo escribió el poeta Jorge Esquinca: “En lo personal, disfruté la experiencia de enseñar y aprender enseñando. Celebro el esfuerzo que nos llevó a encontrarnos y hago votos porque siga”[3].
Aplauso para el trabajo de Lizzie Castro y este entusiasta grupo. Esperamos nuevos ciclos de pesca literaria.
[1]Autores Varios (2024). Rumores del lago. Taller de creación literaria. Antología Ciclo 2024. Ediciones Papalotzi. Guadalajara, México. Pág. 8.
[2] Zaragoza Serrano, Alejandra (2025). El hombre de papel. Rumores del lago. Taller de creación literaria. Colección Pescadores de palabras. Ajijic, Jalisco. Pág. 5.
[3] Autores Varios (2024). Rumores del lago. Taller de creación literaria. Antología Ciclo 2024. Ediciones Papalotzi. Guadalajara, México. Pág. 71.